Lamucca de Pez

En más de una ocasión estoy en la zona centro y me resulta complicado encontrar un buen sitio donde comer de verdad y con tranquilidad, pero ahora ya de encontrado ese lugar.... a dos pasos de Gran Vía.

Tienen una carta variada, llena de clásicos reinventados y otros platos con un punto diferente y exótico, el local esta genial amplio con salas a diferentes alturas y ninguna mesa igual a otra... y además cuentan con una terraza fantástica donde disfrutar de la comida o de un buen cóctel.

Fuimos dos personas y pedimos pensando en compartir, empezamos con unas croquetas de jamón mas que correctas, se notaban artesanales y con trozos de jamón, seguimos con un pan con tomate estupendo incluso traía su ajo para poder frotarlo y como plato principal una pizza de boletus y trufa. La pizza es de la mejores que he probado en Madrid, una masa finísima y crujiente y la combinación de los ingredientes maravillosa. No pudimos probar los postres porque estábamos llenos pero en una mesa cercana sirvieron una tarta de zanahoria con una pinta impresionante.

El restaurante Lamucca es uno de mis favoritos de Madrid. Había estado en la otra localización, pero nunca en la de la Calle del Pez. Y la verdad es que me gustó mucho.

Para empezar, la localización es alucinante. En pleno centro de Madrid, al lado de casi todo: de la zona de compras de tiendas vintage, de Chueca, de la Gran Vía, de la Plaza de España… De lo más auténtico de la capital.

Para continuar, la terracita de verano. Perfecta. Es amplia e ideal para tomar algo en un sitio con mucho encanto.

Y luego, claro, la comida y el interior. Su ambiente está muy cuidado, con lucecitas bajas que hacen que te apetezca estar. El trato, siempre, es perfecto. Y el menú, original. Comida mediterránea, italiana, mexicana… Una curiosa mezcla en la que, además, lo que recomiendo es probar. Recuerdo especialmente buena la pizza de pera y jamón serrano. Sí, sí, pera y jamón. Excelente.

Situado al lado de la Plaza de Santa Ana, en Madrid, el restaurante Lamucca es una buena opción para comer o cenar. El precio no es de los más baratos pero tampoco de los más caros, creo que en relación calidad-precio está muuuy bien.

Si tienes ganas de visitarlo te recomiendo reservar, porque se pone hasta arriba (al menos en fin de semana). Una vez que estás allí tienes una carta variada donde elegir lo que más te guste, no tiene un tipo de comida específico.

Nosotros optamos por media ración de nachos con queso como entrante, para compartir entre dos personas; de plato principal una pizza y una lasaña. Ya solo con los nachos nos quedamos medio llenos… Estaban riquísimos con quesos variados. Cuando nos llegaron los platos principales alucinamos, porque la pizza casi no cabía en el plato y la lasaña también era generosa.

Me habían hablado mucho de este restaurante, pero nunca había ido. Por fin he podido ir, y me ha encantado. Hay que reservar si quieres mesa, tienen dos turnos el de las 21,15 y el de las 23h. Si vais al de las 9,15 tener en cuenta que a las 23h os meterán prisa para que os vayáis. Son bastante rápidos así que os dará tiempo de sobra a cenar tranquilamente. Nada mas llegar os ponen un mando en la mesa para que puedas llamar al camarero siempre que quieras sin tener que esperar a que pase por tu mesa.
De entradas pedimos ensalada de pollo lamucca, buenísima, con un aliño raro como de limón y provoleta.