UN LUGAR PARA VOLVER SIN DUDARLO
Cada verano, mis amigas y yo pasamos una semanita en Peñíscola y prácticamente cada día acudimos a Las Vegas para comer o cenar. No solo por el trato tan atento y familiar que brindan sino porque los arroces son de lo mejor que he probado en mi vida. Siempre había sido reacia a probar el arroz negro, pero con la pinta que tenía cuando lo vi en una mesa de al lado.. ¡no me pude resistir y tuve que probarlo!
Por no hablar de sus mil y un entrantes, a cada cual más exquisito (no dejéis de pobar los mejillones con allioli o el pulpo a la gallega).
Además, para finalizar están los postres caseros… ¡Y qué postres! La tarta de zanahoria… DELICIOSA.