Erika Paz
Restaurante Manos Benditas
Cosmelina Sucre es como su nombre lo dice, Cósmica. Es echada para adelante y se nota que siempre ve las oportunidades. Le gusta aprender y por eso es que hoy se reconoce su trabajo. Hace algunos años trabajó junto a la chef Tamara Rodríguez cuando esta tenía su restaurante en el pueblo de Río Caribe, cuando la cocinera cerró sus puertas Cosmelina comenzó a trabajar con una iniciativa de refugio para jóvenes de la calle en el poblado sucrense. Esta tampoco dio resultado, pero la casa donde se desarrollaban las actividades quedó equipada con todo lo que sus dueños habían comprado para los quehaceres de la fundación.
Así que ella decidió junto a otras trabajadoras del lugar proponerle a los responsables de la casa la idea de montar un restaurante. Armaron una cooperativa, pidieron créditos y se embarcaron en la aventura. Hoy en día quien viene a esta comunidad, puerta de entrada a La Península de Paria, no puede dejar de pasar por alto una vista al restaurante Manos Benditas. Este es un lugar sencillo, con mesitas dispuestas en la sala de la casa que se encuentra justo frente al Malecón. La magia comienza cuando uno entra y comienza a percibir los olores que emanan de la cocina. El milagro se hace cuando ya sentado en la mesa empiezan a desfilar los platos. El comienzo lo hace una entrada llamada acrás, que según Cosmelina, son unos buñuelos de de yuca, sigue un generoso pargo, curvina o cualquier pesca del día; eso si, pídale a la cocinera que se la acompañe con su salsa de jengibre o su chutney de mango. Si hay postre, pida algo preparado con cacao, producto de la zona, luego un cafecito y listo, habrá comido lo mejor de su estadía en Río Caribe.
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