Una buena comida en la cuna del albariño
Este restaurante en el centro de Cambados es una referencia desde hace años. Situado en un primer piso con vistas a la ría en este pequeño y coqueto salón de apenas ocho mesas (conveniente reservar) atienden con mucho empeño, aunque a veces un poco lentos, a poco que se colapsen.
Sin embargo la experiencia merece la pena porque la cocina es fantástica y no defrauda. Los crepes de pescado y marisco y los saquitos de queso con salsa de fresas como entrantes son estupendos. De segundo probamos la merluza con vieiras, el magret de pato, solomillo de ternera con puré de pera y bacalao. También los postres y la cuidada carta de vinos merecen la pena. Los arroces y mariscada son especialidades.