Lala
La verdad es que no pensaba comer en el...
La verdad es que no pensaba comer en el restaurante Novo (su aspecto exterior no me llamó la atención), pero justo cuando salía de visitar de la Catedral se puso a llover a cántaros y fue el lugar donde me refugié, ya que se encuentra justo enfrente. El local es bastante modesto y es únicamente restaurante (ni bar ni cafetería). Nada más entrar, accedes directamente al comedor, y al fondo se encuentra la barra, donde van sacando los platos que elaborar en la cocina (situada detrás). Lo único destacable de la decoración es el friso de azulejos de más o menos un metro de altura que recorre perimetralmente todas las paredes.
En Portugal es muy frecuente pedir un único plato, pues viene acompañado de un montón de accesorios, así que pedí "Vitela". Me trajeron una gran fuente de carne de ternera asada y fileteada (demasiado gorda para mi gusto, y estaba un tanto dura), con un poco de salsa. Como guarnición venían pequeñas patatas asadas, espárragos verdes a la plancha, y un enorme bol de arroz blanco. Realmente, la carne no me gustó y lo mejor fue la guarnición. Me pareció barato, pagué 10€ por la comida (bebí agua), y el camarero que me atendió (debía ser el propietario) fue muy amable y el servicio fue rápido.
No obstante, no es un sitio para recomendar ni repetir (tampoco me pareció que tuviera demasiado "éxito", pues sólo había 4 mesas ocupadas...).
El restaurante Novo se encuentra en el Largo da Sé, entre dos palacetes emblemáticos: La Casa do Paço y la Casa dos Silveiras o Viscondes de Guiães.
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