Todo un descubrimiento, un local precioso, acogedor, con una comida riquisima y gran carta de vinos
Se llama Muiño de Trigo, es un local pequeñito, un viejo molino de piedra sobre un rio, solo tiene siete mesas, y todo lo que comimos estaba buenísimo, algunos platos realmente originales, es una cocina tradicional, pero diferente, y para los amantes del vino, la carta, sin ser gigante, es increíble, con una buena cristalería, y el gin-tonic! De vicio ! Llegamos los primeros y pudimos hacer fotos en los dos comedorcitos, y alguna del entorno, que es una maravilla, también os dejamos fotos de dos platos, los huevos ocultos, sencillamente espectaculares y el tronco de rape, buenísimo. En definitiva, un oasis para perderse.