ANADEL
Comida contundente en un convento
El Hotel conserva la estructura del antiguo convento del siglo XVIII, instalado sobre los restos de un templo dedicado a la Concordia de Augusto, se trata de un magnífico edificio encalado en el centro de Mérida.
Su cocina extremeña es contundente, las migas son omnipresentes en todas las cartas que se precien, así como habituales son las croquetas de jamón ibérico.
Al cochinillo le faltó algo de tiempo en el horno, la carne podría mejorarse y a los repápalos, algo de ligereza.
Por lo demás los canelones o el bacalao bien.
Excelente y profesional el servicio, como siempre en paradores.
+9