Las dos caras del Portovello
He de reconocer que tengo sentimientos encontrados acerca de este restaurante.
Para empezar he de decir que en Agosto de 2010 visité el restaurante para cenar y me pareció un sitio de lo más encantador, terraza con vistas al Rio Arnoia, sonido de una cascada de agua cercana, la comida estupenda, la atención fantástica, etc... tanto me gustó que decidir repetir al año siguiente.
Mi sorpresa ha sido que este año (Agosto de 2011) el restaurante no me ha parecido en absoluto en mismo y os cuento el porqué.
Llegamos a cenar en un día tranquilo de lunes (muy poquita gente) y pedimos una mesa en la terraza. Un primer camarero nos indica que nos sentemos donde queramos y acto seguido el encargado nos dice que no, que en las mesas que tienen mejores vistas no, que en otras que hay para dos personas un poco más alejadas de la barandilla. (Absolutamente sin sentido, mas tarde se demostró que esas tres mesas privilegiadas no fueron ocupadas en todas la noche).