Comida sosegada, pausada y excelente, en un ambiente acogedor y muy tranquilo, en el Bairro Alto.
No tenía ninguna referencia de él, ni siquiera sabía que existía. Fue una de esas pocas veces que pruebas y aciertas de pleno. Me gustó nada más verlo desde fuera. Flechazo a primera vista. Tenía ese aspecto a restaurante pequeño, agradable y con luz ténue...y un poco romántico. Con la luz del atardecer primaveral lisboeta, nos adentramos en este restaurante para tomar asiento en una mesa rodeada de muebles antiguos con botellas de vino de todos los tipos imaginables. La atmósfera del restaurante era muy calmada y agradable, la gente allí sentada hablaba en voz baja: algunos turistas y algunos lugareños trajeados en lo que a todas luces eran comidas de trabajo. Todo se movía lentamente. Los camareros no tenían ninguna prisa, y los clientes menos.