Hotel Riad Dalia

Típico establecimiento situado justo en el centro de la Medina lo que añade encanto al hotel aunque dificulta un poquito el encontrarlo. La casa tiene unos trescientos años y originariamente su dueño original fue el cónsul holandés en la ciudad. Las Riads eran antiguas casas o mansiones ligadas a los palacios donde antaño vivían las familias de los monarcas, sus consejeros y adinerados comerciantes.

Los riads comúnmente presentan un patio central adoquinado con mosaicos de cerámica y baldosines y rodeando este patio hay diferentes habitaciones cubiertas de tapices, cojines y alfombras donde poderse relajar al abrigo del calor o del frío, en función de la estación.

Se trata de un sitio cargado de historia, residencia del cónsul holandés en Tetuán en la época en que la ciudad era la capital diplomática del Imperio Cherifiano. El riad está prácticamente igual que hace 300 años, para lo bueno y para lo malo. Por ejemplo, las ventanas de mi habitación individual no tenían ningún tipo de aislamiento, solamente rejas, la humedad se palpaba en el ambiente y la iluminación era precaria, incluso con la lámpara, que apenas alumbraba. Era la antigua habitación del servicio, pero las suites que cobijaban al cónsul y sus invitados son diferentes, grandes, luminosas y con mayores comodidades.

Muy recomendable lugar! Variedad de precios y habitaciones. Desayuno estupendo.
Con detalles a mejorar, pero perfectamente funcional y bonito.
Se puede acceder a la terraza con bonitas vistas.