Un buen sitio donde se mezclan la...
Un buen sitio donde se mezclan la cocina tradicional con la moderna sin perder la personalidad de los platos y los sabores. Los postres son especialmente buenos aquí y el personal es muy agradable.
No es nada caro, puedes comer y beber bien por unos 20-30 euros por persona. Nosotros empezamos con unos entrantes variados: ensalada de pechuga rellena ( muy recomendable si os gustan los escabeches), salmón marinado casero, pastel de ajetes ( no lo habíamos comido nunca y estaba delicioso) y setas de temporada, riquísimas también!!
De segundo yo pedí chuletas de cordero, en principio debería ser un plato normal pero me supieron deliciosas. Otros compañeros se dejaron recomendar un asado de lechal hojalado cocinado al horno de piedra del que no quedaron más que huesos. Otro pidió un solomillo al foie, en su punto y acompañado de una salsa muy bien elegida.
Y llegaron los postres: el sábado o días de fiesta según nos dijo el camarero, se hace pan perdido, os animo a probarlo. también están muy ricos los helado caseros que hacen allí, sabores que no se ven muy a menudo y que agradan al paladar.
Un buen descubrimiento donde además te puedes alojar en una de las habitaciones suites que tienen. Yo repito seguro!