Un mito
La capilla de Rosslyn era una espinita que tenía clavada desde hace mucho tiempo. Después de leer sobre ella y ver que siempre aparecía en documentales sobre misterios y enigmas... algo tenía que tener. Así que de camino desde Glasgow a Edimburgo hicimos una paradita allí. La meteorología se alió con nosotros y nos encontramos en la puerta de la capilla con nuestros chubasqueros bajo una llovizna que puso la nota tenebrosa a la visita. Porque estar en Rosslyn en un día soleado está claro que no es lo mismo...
Así que como los mismísimos Robert Langdon y Sophie Neveu (salvando las distancias, ni yo soy tan escuálida como Audrey Tautou y mi chico lleva el pelo bastante más limpio que Tom Hanks en el Código Da Vinci), nos aventuramos a desentrañar los misterios de Rosslyn Chapel. Teniendo en cuenta que empezamos con una teatral lluvia, lo ideal hubiera sido que la capilla hubiera estado desierta y que el Guardián nos estuviera esperando, pero no.
No estaba abarrotada, pero sí con bastantes turistas. El Guardián de Rosslyn no está allí para enseñarte el Santo Grial, aunque realiza visitas guiadas desde el centro de la capilla que puedes seguir tranquilamente sentado en uno de los asientos. Me da la impresión que su verdadera misión es impedirte hacer fotografías, ya que está terminantemente prohibido.
La capilla es muy chiquitita, pero está plagada de frisos, columnas detalladamente talladas... Hay símbolos en cualquier lugar en el que puedas posar la vista, símbolos bien explicados en la audioguía que puedes recoger en la entrada (gratuita). Está su precioso techo de flores y estrellas, los infinitos hombres verdes tallados en cualquier rincón de la capilla, el ángel que guarda el corazón de Robert the Bruce, el dintel de los Siete Pecados Capitales, el mismísimo Ángel Caído, el Pilar del Aprendiz... hasta llegar a mi misterio favorito: el del maíz. Es en este punto donde el Guardián (en este caso Guardiana) nos dijo que creyéramos lo que quisiéramos creer. Por mi parte, no me cabe ninguna duda de que es maíz lo que hay tallado en la piedra, así como unas hojas de aloe. Y si soy tan rotunda en esto, el haber sido tallado unos buenos años antes de 1492, le da a uno en qué pensar...

