Un mito
La capilla de Rosslyn era una espinita que tenía clavada desde hace mucho tiempo. Después de leer sobre ella y ver que siempre aparecía en documentales sobre misterios y enigmas... algo tenía que tener. Así que de camino desde Glasgow a Edimburgo hicimos una paradita allí. La meteorología se alió con nosotros y nos encontramos en la puerta de la capilla con nuestros chubasqueros bajo una llovizna que puso la nota tenebrosa a la visita. Porque estar en Rosslyn en un día soleado está claro que no es lo mismo...
Así que como los mismísimos Robert Langdon y Sophie Neveu (salvando las distancias, ni yo soy tan escuálida como Audrey Tautou y mi chico lleva el pelo bastante más limpio que Tom Hanks en el Código Da Vinci), nos aventuramos a desentrañar los misterios de Rosslyn Chapel. Teniendo en cuenta que empezamos con una teatral lluvia, lo ideal hubiera sido que la capilla hubiera estado desierta y que el Guardián nos estuviera esperando, pero no.