E.Sonia Requejo Salces
Una cena imperial
Bueno, después de estar rodeada de tantas maravillas y joyas imperiales, la verdad que se presta, reservar en uno de sus restaurante a lo kitsch.
Fue agradable y tan divertido reservar una velada en un banquete real. Verte con un ligero toque personalizado, en el atuendo, tocados muy favorecedores y sin duda un deleite para la vista en la mesa.
A parte de disfrutar de su música tradicional, los platos de la cena real, son un espectáculo. Tan originales en su presentación, como sabrosos, un gran despliegue de dragones y pájaros tallados al detalle y que colorido dignos, de ser fotografiados todos.
Vietnam tiene una gastronomía de lo más suculenta, exquisita y variada. Será el arroz y sus derivados, dado a la cultura de esta planta tanto en grano o en fideos de arroz, los que acompañen cualquier plato, pues cultivan ochenta variedades.
Los vegetales presenten a su vez, aportan el juego de colores y formas a todo. Los mariscos y el pescado fresco están en todas las cartas como el cua azul o cangrejo o las tom que son las gambas, las ancas de ranas y tantos más.
Y para los golosos un delicioso pastel de harina de arroz, ban deo, en fin. Desde las exóticas frutas relacionadas con el emperador, como el dragón azul, los ojos del dragón o los peludos rambutanes.
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