Cuando fuimos a Dóngola conocimos a ...
Cuando fuimos a Dóngola conocimos a unas personas encantadoras que nos estuvieron enseñando los alrededores, desgraciadamente no sabían mucho inglés y nosotros tampoco conocíamos su idioma así que el comunicarnos era algo complicado, por eso no sé exactamente cómo se llama el lugar tan fantástico que nos mostraron. Está cerca de la Antigua Dóngola, si no forma parte de ella, junto al Nilo.
Se trata de unas excelentes ruinas de una antigua ciudad que casi nadie visita. Pasear por estas murallas abandonas y ver los restos de hace tantos años es una auténtica maravilla y sorprende muchísimo que teniendo tantas joyas, estas zonas no se intenten explotar turísticamente. Bueno, sorprende hasta que te das cuenta de que estás hablando de un país que vive desde hace muchos años un conflicto interno y por lo tanto es muy normal que el turismo no se pueda potenciar, pero no por eso deja de ser una pena.
Cerca de estas ruinas se encuentran además los monumentos que más me llamaron la atención de todo Sudán pero que no les tengo fotografiados, porque desgracidamente se me acabó la batería (siempre sucede cuando menos te lo esperas...) Se trata de pirámides muy similares a las de Egipto, un poco más pequeñas pero sólo un poco, pero completamente negras. Son impresionantes, y lo que más sorprende es que son completamente desconocidas, Yo me quedé totalmente sobrecogida cuando las vi porque creía que este tipo de monumentos sólo existían en Egipto.
Nosotros tuvimos la gran oportunidad de poder contemplar este paisaje repleto de ruinas con la puesta de sol, y os aseguro que es una de las cosas más bellas que se pueden ver en la vida. Es una de esas estampas idílicas que se te quedan grabadas en la mente para siempre.
Volver a contemplar estas imágenes me hace recordar las mil maravillas que posee este país y que son unas completas desconocidas para la mayoría de las personas. A ver si cambia algún día.
