Fuentes del Narcea
El vigía de las brañas
La ruta comienza en el pueblo de Genestoso, al final de la carretera, junto al río que da nombre al pueblo. Tras cruzar el río el camino se dirige a lo largo de un suave ascenso hacia el Val.le los Corros, pasando por encima de las praderas de las Carruexas y junto a la fuente de la Pasadina. Del val.le los Corros, donde se encuentra una pequeña braña rehabilitada, continúa el ascenso en dirección al Col.láu Tres Lagunas. Antes de alcanzar el collado es posible contemplar, separándose unos metros de la ruta, la única laguna permanente del conjunto, situada a la derecha del camino, debajo de unas rocas. Reanudada la ascensión aparecen a la vista, ocupando una suave planicie, las tres lagunas que dan nombre al collado.
Siguiendo en dirección norte, se alcanza Entrecuetos, punto que separa las cumbres de El Cabril y Peña Treisa. Tras rebasar este punto la subida al Cabril es opcional, pudiendo alcanzar la cima a escasos 600 m. Desde esta cumbre se puede llegar a ver las costas gallegas y asturianas, destacando por su proximidad la grandiosidad del Val.le Pigüeña con sus pueblos y brañas, en especial la Pornacal. De vuelta a la ruta existe la opción de acortar el camino tomando la desviación en Fanarrionda por el camino de la Polvorosa. Un paso que comunicaba Genestoso con Villar de Vildas, en Somiedo a través de un frondoso bosque de abedules. Esta bajada es más corta y pronunciada.
El trayecto recomendado es continuar por el Camino Real hasta el desvío de El Llano, desde donde se regresa a Genestoso a través de la Gobia. Un camino que ofrece impresionantes vistas sobre el valle de Genestoso y que comunicaba, a través de suelo leonés, el somedano valle de la Cerezal con el valle del Acebo de Cangas del Narcea.
Genestoso es un pueblo ubicado a más de 1.000 metros en cuyos alrededores, hasta no hace mucho tiempo, pastaban grandes rebaños de cabras y vacas. Gracias a esta actividad Genestoso era conocido por fabricar un excelente queso artesanal de fuerte sabor y fabricado en moldes de esparto. El queso de la trashumancia ya que fueron pastores castellanos y extremeños los que aportaron las pleitas, aros de esparto trenzado que servían para moldear el queso y escurrir el suero. Una auténtica reliquia del pasado que llega a nuestros días sin apenas modificaciones.
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