Ruta del Santo Grial Huesca

Con el emperador romano Valeriano (253-260), se inició una enorme persecución contra los Cristianos.

Sixto II fue decapitado, pero camino a su ejecución, el Papa iba acompañado por su diácono San Lorenzo, nacido en Huesca y administrador de los bienes de la Iglesia, a quien ordenó que los repartiera entre los pobres y lo hizo, a excepción del Santo Cáliz, objeto muy significativo y simbólico para la fe cristiana y que envió a su ciudad natal siguiendo posteriormente un recorrido por diferentes iglesias como El Loreto de Huesca, San Pedro de Siresa o San Adrián de Sasabé.

Fue traído a esta última para protegerlo de la invasión musulmana por diferentes puntos de la montaña.