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Ruta por Hoces del Ebro

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1 opinión sobre Ruta por Hoces del Ebro

Deslumbrantes miradores de brechas de tobas

Excelente

Una ruta a pie de 15 Km, desde el pueblo cántabro de Villaescusa de Ebro, al encuentro de lo que el río Ebro, con su impetuoso y largo recorrido va dejando, en los límites con Burgos, hasta el páramo de Orbaneja.

Serán los Cañones del Ebro, una hilera de hoces, gargantas y de escarpados desfiladeros con increíbles figuras. Castillos calcáreos en los páramos de Bricia, cincelando un paisaje de lo más pintoresco.

Tras su sencillo nacimiento, ahí va, con su impetuosa corriente de agua, abriendo brechas de más de 200 mt de profundidad, dando lugar a cañones, parajes de hoces, meandros y riberas que serpentean por los valles.


Un lugar donde confluyen mas de una provincia, aquí se dan la mano, al norte de Burgos "la Cordillera Cantabria y la meseta Castellana".
Es evidente la transición en el paisaje, en su clima, más seco y a su vez menos mediterráneo. Serna por rutas alternativas, las que atraviesan estos parajes del Parque Natural de las Hoces del Ebro y de su hermano, el río Rudrón.

Una ubicación fronteriza a caballo entre dos regiones con paisajes y ambientes ecológicos bien diferenciados.
Recorrimos tramos de brezales secos y de hayedos con sotobosque, encinares y páramos de la meseta castellana, con su típica vegetación (madreselva tan roja o el cerecillo de Europa) arboles cargados de cineraria o enebros comunes aun verdes.

Bosques mixtos de encinas y quejigal, donde la abundancia de aire puro, es evidente por los líquenes. Bosques bajos con pastizales leñosos, es lo que nos fuimos encontrando por el camino. Y curiosas formaciones que parecían de barro (¡pues no! Son depósitos de sales concentradas, que mantienen la humedad y las formas las hace el ganado, tras los lametones).
En estos tramos castellanos, vemos antiguas chozas de piedra para el ganado en tiempos de pastos ya prácticamente en desuso.
Aparece revoloteando mariposas amarillas imposible tomar una foto y la que os muestro, tal vez Papilio machaon junto a flores colchicum.

Y llegamos al gran mirador de farallones rocosos, caprichos kársticos donde viven colonias de buitres leonados, lo mismo, que otras aves rapaces.

Y llegamos por el camino primitivo, descubriendo así un pueblo escondido en su cañón, Orbaneja del Castillo.

Un pueblo atravesado por una cascada de agua, en época de deshielo, es espectacular la verdad. Surge de la cueva del agua, del Ebro, que atraviesa el pueblo, dividiéndose a su vez según se desploma, en varias cascadas, sobre las rocas ya con musgo.

Tras un descanso bien merecido junto a las frías aguas del río, retomamos el camino en dirección de la ribera del río Ebro, se agradeció la vuelta entre hayas, y tramos de bosque precioso en tonalidades de verdes.

Así poco a poco, nos acercamos a tramos con bastantes arboles con Betiguera, muy verde y en su entorno un estanque donde nos despide una rana, antes de que lo hiciera el cauce del propio río Ebro.

Una ruta preciosa, en buena compañía, genial.
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Información Ruta por Hoces del Ebro