Salamanca

Sucede pocas veces que una ciudad con tanto valor histórico, artístico y arquitectónico tenga a la vez tanta vida. En Salamanca puedes pasarte días admirando sus increíbles edificios de estilos románico, gótico, plateresco y barroco, sus dos catedrales y múltiples iglesias, sus plazas, sus librerías y museos. Todo es impactante e ineludible, pero lo que resulta memorable es su increíble ambiente, sus terrazas siempre abarrotadas de gente, su espíritu universitario, sus bares abiertos hasta cualquier hora de la noche.
Salamanca bulle colorida y no descansa. La ciudad de la cultura asombra continuamente

Si la visitas, la recordarás por su piedra dorada y el sol que la enciende. Pero por favor, no te quedes buscando la dichosa rana en la fachada de la Universidad, explora, callejea, quédate con sus rincones y si puedes, pasa por ellos a distintas horas pues al cambiar la luz te sorprenderán de nuevo.

De día la multitud de comercios y tiendas para turistas animan las calles, con la omnipresente ranita. De noche, la oferta de lugares para degustar la buena mesa castellana y sus chacinas es impresionante. Mesas al aire libre, velas, buen ambiente. Pasa por la Plaza Mayor, descansa en sus

Las Torres medievales de la Catedral constituye uno de los emblemas más importantes de Salamanca. El recorrido por su interior además, nos abre la posibilidad de conocer la historia de su construcción, son 900 años de historia y arte a través de la exposición documental y contemplar, la Catedral Vieja y su maravilloso retablo, la ciudad desde la atalaya y la gran Catedral Nueva desde su andén interior. Una mirada inédita un verdadero descubrimiento mas de la Catedral a la ciudad.

Es una de las ciudades donde pasear es sinónimo de descanso y relax.
La mayoría de sus calles son para peatones, nada de coches, nada de ruido, solo el murmullo de su gente.
A Salamanca la comparo con un átomo, por su núcleo, la majestuosa catedral. Por sus protones, neutrones y electrones girando a su alrededor los monumentos que la adornan.
Disfrutad las fotos y relajaros. Espero que os gusten.

Desde que pisé por primera vez esta tierra y vi sus doradas luces reflejadas en la piedra de Villamayor, que cubre uniformemente cada una de sus fachadas, quedé encantado.

Cada rincón tiene su magia, su vida propia, su sabor característico. No es lo mismo pasar de día por la plaza mayor, que por la tarde, o por la noche. Cada minuto es único y maravilloso. Un desfile cosmopolita incesante adorna sus calles y permite conocer el mundo en una sola ciudad.

No se puede vivir sin visitarla aunque sea una vez en la vida.

Personalmente me encanta Salamanca. ¿Las razones? Por donde empezar...

Es una ciudad llena de bellos monumentos, con un centro transitable a pie, donde pasear tranquilamente y perderse por sus calles. Al ser una ciudad universitaria, está llena de vida y tenéis muchos lugares excelentes para degustar tapitas con el mejor de los ambientes.

Os recomiendo que aparquéis cerca del centro y os mováis andando.

Las fotos son fragmentos de la ciudad, como la Catedral o la Casa de las Conchas.

Llena de cultura, de rincones que descubrir, monumentos, estatuas por ver, y la magestuosa Catedral junto a su popularísima Universidad de Salamanca... Y multitud de opciones para salir de noche. Excursiones de un día a Segovia, Ávila... Sin duda la joya de Castilla y León.

Mi ciudad es muy fotogénica y muy visitada. Una de las calles más bellas y no tan conocida es la de las
Úrsulas. Recoleta y bordeada por árboles, es tranquila y peatonal.
Destacan en ella dos bonitos conventos: las Úrsulas y la Vera Cruz. Ambos merecen una parada, tanto por riqueza material como espiritual. Ambos sorprenderán al viajero. Uno por su majestuosidad y otro por su recogimiento.
Si vais por allí, no os la perdáis. Merece la pena desviarse de la ruta habitual y encontrar este remanso de paz.

Os cuento más sobre esta calle en: 'https://idayvueltablogdeviajes.blogspot.com.es/2014/02/lugares-y-patrimonio-salamanca-i-de.html'