Salm Bräu

El codillo asado es una de las cosas más típicas de la gastronomía de Viena, siempre acompañado de rábanos y mostaza. Lo que se hace es freír el codillo para que quede la piel crujiente. Después se hornea y sale con este jugoso y tierno color.

El precio en este restaurante de un codillo para dos personas son 15€, y da más que de sobra ya que son piezas muy grandes.

Además, es bueno saber que para acompañar los platos la bebida que aquí se consume es su propia cerveza servida en jarra.

Nos alojamos en un hotel cerquita, nos llamó la curiosidad la cantidad de gente que hacía cola para entrar. Una vez dentro, la variedad y calidad de los platos, por supuesto la cerveza de fabricación propia y un magnífico precio hicieron el resto. Nos atendieron en nuestro idioma.

Entramos y el lugar era perfecto, agradable y cálido... todo una ilusión. Nada más entrar nos debió de tocar el camarero “simpático” que nos tiro las cartas a la mesa y no hizo nada por hacer más fácil nuestra elección.

Comida buena, ahí no hubo pegas. Lo mejor el final cuando fuimos a pagar y muy amablemente nuestro camarero del mes nos dejó muy claro q las propinas en Viena no están incluidas, dándonos a entender que era algo obligatorio.

Obviamente ni se la merecía ni la dejamos. Una lástima que un lugar así deje tanto que desear por culpa de un camarero al que no le gusta

Comíamos todos los días allí perfecto cómodo y la carta en todos los idiomas.