Si al aventurarse por los Arribes del...
Si al aventurarse por los Arribes del Duero uno comienza desde Salamanca, San Felices de los Gallegos es la primera villa donde es imprescindible detenerse. Desde allí todavía no se vislumbra el Duero, pero se lo presiente agazapado en el paisaje agreste. San Felices tiene mil años de historia y conserva una fortaleza del XIII. En el pueblo, amenazado por la emigración constante, sobreviven viejísimos tesoros, como la Casa de los Mayorazgos, la Casa de los señores del Ron, o el Convento de La Pasión. El viejo Puente de los Franceses, al que se llega andando por una senda entre cortados de granito