Esta ermita y el camino para llegar tienen un encanto especial
Un monasterio en medio del mar que conecta con la península a través de un puente construido a mano. Es una autentica belleza! Puedes observar la infinidad del mar, el atardecer y la subida y bajada de la marea.
Cuando fui pensaba que no iba a haber mucha gente pero estaba llenísimo, aunque no hay problema ya que es un camino de unos dos kilómetros donde no hay atascos.
El puente es una maravilla construido s mano. En el monasterio hay una campana que dicen que da suerte tocarla tres veces. Una visita obligada en euskal herria y una de las maravillas escondidas que tiene españa. Muy recomendable