Lala
De palacio a hospital de tuberculosos
Saliendo de Palomas hacia Almendralejo (Ctra. EX-212) sorprende encontrar, en medio de la nada, un impresionante cortijo. Se trata de un palacete con aires de castillo, que construido a finales del siglo XIX como lugar de vacaciones de los marqueses de Valderrey. Se cree que el arquitecto fue el célebre Aníbal González (autor de la Plaza de España de Sevilla)
Es conocido como el Sanatorio de Las Poyatas, ya que, tras la Guerra Civil, fue donado por la familia para crear un sanatorio para enfermos de tuberculosis, que se mantuvo en activo hasta los años 60. Actualmente está abandonado pero se conserva bastante bien. Está rodeado de una finca de 700 hectáreas, que en su día fueran idílicos jardines con estanques.
Consta de dos plantas y sus dependencias se distribuyen en torno a un gran patio central. En sus inicios contaba con 17 habitaciones, 4 baños, cocina, varios salones, y una capilla. Los salones cuentan con chimenea, y las paredes de los dormitorios están alicatadas con los típicos azulejos de cerámica sevillana.
Como curiosidad, mencionar que el edificio tiene 365 ventanas, supuestamente para poder asomarte cada día del año a una diferente.
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