Santuairo Mikane en Kioto.
Una de las cosas que más me han fascinado durante mi viaje por Japón es la cantidad de lugares que se encuentran fuera del circuito turístico y de los lugares que aparecen en las guías internacionales. Basta con salir un poco de las rutas principales para encontrar verdaderas joyas por descubrir.
Uno buen ejemplo de este fenómeno es el Santuario Mikane, que se encuentra a pocos metros del Palacio Hijo en la ciudad de Kioto. Este último es visitado por miles de turistas cada año, mientras el Mikane permanece aún como sitio de culto para gente local.
La entrada al lugar es ya de por sí bastante llamativa, con un enorme "tori" dorado que sirve como puerta de entrada. Inmediatamente después, el altar principal está siempre cubierto con donaciones y objetos que los vecinos de alrededor dejan cada día en el santuario. A un costado izquierdo se encuentra una pequeña tienda de artículos religiosos -desde los tradicionales sobres para la buena suerte hasta amuletos y cartas escritas en "kanji".
