Senda de San Virila

Hemos seguido los pasos del más famoso de los abades de Leyre, San virila, quien según cuenta la leyenda se adentro por las estribaciones de la sierra de Leyre para reflexionar sobre el misterio de la eternidad.

Un canto de ruiseñor le adormeció un rato, al cabo de un rato despertó y regreso al monasterio, allí nadie le conocía, y él no conocía a los monjes.

¿Qué ocurrió? Pues que nuestro personaje dormitó más de trescientos años... cosas de la eternidad.

Normal, en este lugar pierdes la noción del tiempo y solo puedes disfrutar de la senda de unos tres kilómetros, ida y vuelta, y de los espectaculares paisajes al Monasterio y al embalse de Yesa.