Imprescindible en Tokio
Cuando visitamos este templo empezamos a comprender la diferencia entre un santuario y un templo. Primero habíamos estado en el santuario Meiji, con sus grandes torii y sus barriles de sake como ofrenda. Nada que ver con las estructura del templo Senso-ji, el templo budista más importante de Japón. Si en el santuario vimos fuentes de purificación, en el templo encontramos quemadores de incienso.
Otro elemento distinto que pudimos ver entre santuarios y templos es que los primeros los protegen figuras de animales. Sin embargo los segundos están guardados por los devas, los cuatro reyes celestiales.
Pequeñas diferencias que enseguida os dirán si el lugar en el que estáis es templo o santuario.
Pero volvamos al templo Senso-ji. El acceso a su interior es gratuito, un plus cuando además se trata de una de las visitas más destacadas en la capital japonesa.
Consagrado a la diosa de la misericordia, cuenta una leyenda que la imagen que aloja el templo se recuperó del mar en el siglo VII. Desde entonces la imagen ha permanecido en el mismo lugar incluso cuando se ha restaurado el templo. Si de verdad está esa imagen de la diosa dentro o no es un secreto, ya que no está expuesta a los ojos de fieles ni curiosos.
Recorrer el templo es toda una experiencia que comienza en su puerta principal, la del Trueno. Un poco más allá está Nakamise-dori, una calle puramente comercial en la que comprar algo de comida, recuerdos u ofrendas para el templo. Esta calle lleva hasta el recinto del templo principal, frente al cual hay un gran caldero lleno de incienso que cubre de humo esa zona.


