Un servicio pésimo y las patatas congeladas
Fuimos un grupo de 19 personas a comer allí, previa reserva por supuesto, la mitad de la gente pidió menú y los demás de carta. La gente que pidió menú bastante bien, los ke pedimos un segundo plato único ( chuletón, entrecotte, etc) estuvimos 1 hora esperando viendo como los demás comían, para descubrir al final que las patatas de la guarnición eran congeladas, totalmente indignante esto en cualquier restaurante decente. El postre estuvo bien en general, tocamos a 33 euros por cabeza. Nada recomendable el sitio, parece que viven del turismo y no de la buena restauración