The Signature Room at the 95th

Chicago, la ciudad del viento, la ciudad donde se construyeron los primeros rascacielos modernos en los Estados Unidos. Y todavía hoy meca para cualquier arquitecto de renombre. Sin duda una de esas ciudades que hay que ver, conocer y recorrer de arriba a abajo a pesar de que en invierno sea una ciudad dura.
Y para apreciar sus dimensiones, su grandeza y su espectacular "skyline" hay varios lugares que no te puedes perder como los miradores colgados en el aire de la "Willis Tower". Aunque personalmente mi rincón favorito para disfrutar de unas vistas espectaculares, inolvidables, es el lounge-bar del "Signature Room" en la planta 96 de la "Hancock Tower" situada en la North Michigan Avenue.

¿Ir a la torre John Hancock sin pagar, sin esperar colas, sin tener que subir con 20 personas sudorosas en un ascensor ínfimo y encima poder comer disfrutando de las vistas de Chicago? Ese es el restaurante que ofrece el John Hancock center, en la planta 95 del edificio. Se sube un poco más alto que el mirador así que la vista es mucho más clara. El menú ronda a los 20 dólares, pero la comida es más selecta que en otros sitios. Lo mejor, la carne de vacuno. Por las noches se puede disfrutar del pianista del local que toca desde temas clásicos a jazz contemporáneo. Para los que no quieran cenar

Un bar que puedes utilizar de mirador. Si vas al piso 96 en vez de al piso 94, el observatorio del edificio, podrás ver las mismas vistas y ahorrarte los 17$ que vale la entrada. Eso sí, las bebidas no bajan de los 5$.

Aquí podrás contemplar el lago Michigan y toda la Avenida Michigan con sus famosos edificios. Al fondo, la torre Willis o Sears.

Bar en el piso 96 de la famosa Torre John Hanckok. Disfrutar de un trago con semejantes vistas es impagable. Altamente recomendable.

Fui con el colegio Northridge Preparatory School de Niles y sin reserva nos dieron mesa en un minuto para 12 niños y 2 profesores.

El servicio es muy bueno y no pusieron ninguna pega en ir un número tan numeroso de personas. Cogimos el bufete (20 $ por persona) y todo estaba delicioso. De postre la mejor tarta de manzana que he probado en mi vida. Un poco caro pero ya solo por las vistas merece la pena.