El lugar respira tranquilidad
Siurana de Prades es un pequeño pueblo perteneciente a Cornudella del Montsant. Hace unos años, no había ni carretera asfaltada para subir, lo que lo hacía mucho mas interesante. Nadie se aventuraba a subir 8 kilómetros por un camino de tierra, y eso hacía que tuvieras el pueblo prácticamente para ti. Hoy en día, con la carretera asfaltada, el número de turistas es bastante elevado ya que el pueblo es una auténtica maravilla. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, tanto por su interés cultural, como por su magnífico entorno natural.
El pueblo está situado sobre un peñón de roca caliza, lo que lo hacía un lugar estratégico. Aquí se alzaba el ultimo bastión musulmán en Cataluña. La leyenda dice que los cristianos, en su afán de reconquistar este territorio inexpugnable, se sirvieron de un traidor judío que les indicó la entrada al castillo. La reina del castillo, sabedora de lo difícil que era llegar al lugar, celebraba una fiesta en ese momento sin inquietarse por la presencia de los cristianos. Una flecha entró en el castillo y acabó en la mesa del salón, a esto la reina, asustada, cogió su caballo y se fue directa al precipio. Sabedora de que el caballo no se tiraría, le tapó los ojos, pero el instinto animal del caballo, le hizo frenar, y la reina mora salió despedida por el precipio. Aún se puede ver la herradura del caballo en la roca.
Dejando atrás leyendas, el pueblo tiene diferentes lugares de interés, tanto el castillo de la reina mora como la iglesia románica de Santa María del siglo XII con una bonita portada lateral. Otra de las cosas que impresionan de este bonito pueblo, son las vistas espectaculares tanto del embalse de siurana, como de las formaciones rocosas de un bello color rojo que rodean el lugar. Desde uno de los cortados que bordean el pueblo, se pueden contemplar unas bonitas vistas, tanto del castillo como de la iglesia.
En el pueblo hay numerosos bares, así como un restaurante. También hay un par de fuentes. Pasear por sus calles de piedra adornadas con bellas flores es un placer. El lugar respira tranquilidad cuando no está atestada de turistas.


