Gran hotel
Llegar a China y a una ciudad tan descomunal como Guangzhou es llegar a lo grande. El Sofitel Guangzhou sigue esos parámetros de grandeza y te deja impresionado desde que entras por sus puertas. Su gigantesco hall con del que cuelga una preciosa flor de cientos de cristales es un buen recibimiento. Sorprende la enormidad de su buffett de desayunos (te llevará un buen rato, recorrerlo antes de poder siquiera plantearte una elección) donde destacan infinidad de show cookings tanto de comida occidental como local.
Las habitaciones son muy espaciosas. La mía tenía unas vistas espectaculares sobre la ciudad, una enorme bañera, una zona de oficina para trabajar (un hotel enormemente cómodo para poder estar sentado trabajando al ordenador en una silla confortable).