Marilo Marb
Una de las cosas que hace más ...
Una de las cosas que hace más apasionante si cabe de un viaje a la India, es lo imprevisible, ya que a las esperas en trenes, aeropuertos , sitios para comer y alojamientos, es normal que acabes sumándole el cambio de itinerario por cancelación de vuelos, como fue en este caso, la cancelación del vuelo desde Varanasi a Kathmandú. Debido a unas recientes inundaciones, los vuelos fueron cancelados hasta nueva orden, y no hubo más remedio que encomendarse a "San Cristóbal" (patrón de los automovilistas) y emprender viaje en unos jeeps hasta la frontera, por unas carreteras que en parte estaban anegadas y no se veían y por otra los baches eran tan enormes que bien parecían cráteres volcánicos.
Fueron 8 horas de trayecto lo más parecido a un éxodo, esquivando vacas, y tratando de que no se saliese ningún hueso de sitio en algún de los incontables botes del coche hasta llegar a Sonauli. El barrizal, el trasiego de gentes con fardos a la cabeza pasando la frontera, y sobre todo el despacho donde sellan los pasaportes que más bien parecía un despacho de pan con soldados con caras de poco amigos, hizo que esta experiencia además de inolvidable, me hiciera comprender donde está la diferencia entre el viajero..Y el turista.
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