La típica tienda a la que te llevan los guías para llevarse algo de comisión y tomarse un refresco. Es cierto que esta tenía bastante encanto y los productos que vendían eran de bastante calidad.
Había gente allí trabajando el alabastro y se notaba. Eso sí, al ser buenos materiales, los precios también eran bastante caros. Al menos, era bastante dinero. Lo de que fuera caro o no ya depende de cada uno.
En estos talleres trabajan de forma artesanal tres tipos de alabastro el blanco, el marrón y el verde. Te hacen una pequeña exhibición y después pasas a la tienda en la que debes regatear, pero siempre y mira que es curioso cuando le dices el precio por el que obtienes algo al guía que te acompaña, este discute un poco con los de la tienda en su idioma y te mejora el precio un poquito. Así que yo me pregunto ¿Aquí hay truco?
Los productos que te ofrecen son autenticas maravillas pero su coste es elevado.
Tras visitar el Valle de los Reyes, el guia nos condujo a un taller de alabastro, para que compráramos buenas piezas y no resina que según él era lo único que podiamos encontrar en los puestos callejeros.
Primero vimos como trabajaban las piezas, las diferencias entre las elaboradas a mano y a máquina y después entramos en la exposición, realmente a precios magníficos pero fuera de nuestro presupuesto.
El taller de alabastro es un lugar bueno para ir pero un poco caro. Negocien así el administrador se indigne. Aceptan tarjetas y los precios no son baratos. Recargo por uso del POS. El alabastro es un material simpático pero también hay otros recuerdos. Me lleve los dos mejores que tengo de Egipto y no eran de alabastro pero sí adquiridos de ese lugar.
