Carmona ha contado con tradición ...
Carmona ha contado con tradición teatral mucho antes que Sevilla, por ejemplo, pues tenía Corral de Comedias en 1647 cuando aún en la metrópolis andaluza no existía ningún teatro propio. Consecuencia de ello el ayuntamiento concibió en 1927 la idea de construir un teatro monumental para retomar los carnavales y actuaciones en un lugar apropiado al efecto.
La idea se enmarcó dentró de un proyecto de actuación sobre el barrio del Arrabal, la zona abierta frente a la principal entrada de la ciudad, la Puerta de Sevilla. Este espacio abierto acogía un zoco permanente y reunía todos los eventos sociales, llenándose de edificaciones temporales que afeaban la entrada de la ciudad.
Pero no existía liquidez económica para la construcción por lo que solo se procedió a demoler una serie de construcciones que estaban delante de la que más adelante sería llamada Alameda de Alfonso XIII. El espacio, con cierto desnivel, se hallaba en la entrada de dicha Alameda, presidiendo la típica Fuente de los Leones.
En 1931 un cordobés, Bernardo Enrique Cerezo, que pasaba temporadas veraniegas en Carmona ganó un premio de lotería y decidió costear las obras.
El diseño fue obra de Julián Otamendi, arquitecto de prestigio internacional. La dirección a pie de obra fue llevada por José Enrique Marrero, ejerciendo como aparejador Emilio José Ramos Castro. El edificio es de estilo historicista, utilizando muchos elementos neoclásicos y neobarrocos. Su inauguración se efectuó con algunas cintas cinematográficas, siendo desde entonces el cine de Carmona así como el escenario de casi todos los eventos populares.
La monumental fachada se divide en tres cuerpos con tres arcos de medio punto en la parte inferior y columnas adosadas en los superiores. La parte central del lienzo se halla adelantada respecto a las alas laterales que acogen las escaleras interiores.
En su interior destaca la decoración de principios de siglo, toda ella realizada por una escuela vasca de pintores y ornamentadores.


