Txabi Loyola
Hermosa arquitectura y buen confort
Dudosa acústica, sobre todo para según qué audiciones. En música sinfónica puede valer, y aun así tan solo desde localidades concretas.
Para ópera no cumple, resulta muy deficitario. Es una tendencia generalizada en los auditorios modernos: los arquitectos están más preocupados por su lucimiento estético que por lograr que el edificio, estructuralmente, cumpla con las funcionalidades para las que debió ser proyectado y construido.
Nada que ver, en lo que respecta a la física del sonido, con la modélica sala de la Sociedad Filarmónica de Bilbao, un prisma perfecto.