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El templo de Vesta albergaba el fuego...
El templo de Vesta albergaba el fuego sagrado de la ciudad. La conservación de este fuego fue en un principio encomendada a las hijas del rey. Pero más adelante, en la República esta importante misión era encomendada a seis sacerdotisas especializadas: las llamadas vestales. Siempre eran procedentes de buenas familias patricias y eran elegidas a la edad de seis años. Su sacerdocio duraba treinta años y durante este tiempo debían conservar su virginidad. Si faltaban a su promesa eran enterradas vivas.
Cerca de los restos del edificio, famoso por su armonía y elegancia, encontramos la casa de las vestales.
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