Una amiga italiana que trabaja en...
Una amiga italiana que trabaja en excavaciones arqueológicas me contó que podría decirse que Italia está construida sobre una gigante ciudad romana. Cada piedra que levantas, sea donde sea, norte o sur, costa Mediterránea, costa Adriática, te descubre otra piedra. Esta segunda será parte de un circo, un templo o de un impresionante teatro. Así que no es extraño que quienes se compran un terreno y lo van a acondicionar para construirse una casa, se encuentren con otra casa de dos mil años de antigüedad. En esos casos autoridades envían enseguida una brigada de recuperación de patrimonio histórico y dan el pésame a los que se han quedado con su chalet en una maqueta. Por eso es muy común que la gente se calle y vuelva a tapar disimuladamente la casita romana para conseguir levantar la suya propia.
Pero el Templi Romani de la ciudad de Chieti fue afortunado en recibir de nuevo los rayos del sol y es utilizado como centro cultural. Cuatro de sus habitáculos siguen contando historias a través de exposiciones de fotos o de ciclos de cine proyectados sobre sus muros. En ocasiones se organizan charlas y debates de temas de actualidad. El arte de la plática se respira en el ambiente.
Y en el exterior todo cobra vida. Este año se organizó una actividad llamada Divercity en la que cada uno se llevó sus dones, sus aficiones, sus habilidades en el bolsillo y cual chapas, las intercambió con todos los que allí estábamos. Graffitis, música en directo, djs, danza con cariocas y un largísimo etcétera tomaron el templo aquella noche.
