Carlos Olmo
Relax a la ribera del río
Es una pena que la dueña original, una australiana casada con un birmano, se haya ido y haya dejado el lugar en manos de gente que no sabe preparar un buen café, al menos a mi gusto, ya que te lo ponen en esas cafeteras de filtro francesas que lo hacen demasiado suave para mi gusto.
En todo caso las vistas sobre el río compensan todo, y lo que sí está muy bueno es el pastel de banana, o el de chocolate
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