eXplorador Escocés
Maravillosa experiencia
Una de las grandes sorpresas de este nuestro viaje y una atracción turística de primera. A pesar de que me ha contado varias veces sobre este lugar, hay que visitarlo para poder apreciarlo por completo. A mí me encantó.
En principio encontramos un complejo donde encontramos cafetería, tienda, recepción y acceso a la fábrica de cerveza local. Y en un lateral tenemos dos rocódromos de diferente forma y altura, divididos por dificultad o nivel del practicante. Todo muy equipado, limpio y preparado. Si queremos practicar un poco, por un módico precio, podemos alquilar el material necesario en la recepción.
Pero es entonces cuando una puerta al estilo nevera antigua llama mi atención y tras leer que era el "rocódromo de hielo" de mayor tamaño en todo el mundo, no pude evitar la tentación de acercame y ver esas imponentes paredes heladas y gente que bien estaba practicando o bien aprendiendo. Una pasada no ... lo siguiente.
Tras preguntar, ofrecen una sesión de prueba de una hora que incluye el material necesario, incluyendo un instructor por 30 libras estérlinas. Un auténtico regalo. Impresionante ver incluso a niños con pies de gato y piolets trepando paredes heladas.
Esta atracción es una de las que ha recibido mayores honores y premios en los últimos años. Una vez allí no hace falta más explicación. Novedoso y atractivo (a los que les guste este tipo de deportes, claro, como es mi caso). Desde allí, además organizan cursos y excursiones senderistas por la zona.
Muy recomendado, tan solo estar allí tomando un refresco o té y ver lo que hay ya merece la pena. Muy pero que muy impresionante.
Leer más
+5