Tres Hermanas

El Glen Coe es uno de los lugares más bonitos que he visitado nunca. Ver cómo cambia el paisaje desde las tierras bajas de Escocia hasta que te adentras en las Highlands es toda una aventura. Y si tienes la suerte de tener a un guía que te vaya contando la historia de los antiguos habitantes de la zona, mejor que mejor.

Si empezamos a decir que el nombre de Glen Coe viene de una masacre acaecida sobre los años 1600, nos podemos imaginar cómo sería la vida en el valle. Las LowLands están protegidas por unas montañas y una corriente de aire que hace que la temperatura no descienda demasiado, pero el Glen Coe se encuentra totalmente a merced de los elementos. En pleno verano hace bastante frío y una ligera brisa es un cuchillo helado. Apenas crece vegetación, por lo que no es una zona donde se pueda cultivar o que sirva de pasto para animales. Así que sus antiguos habitantes eran nómadas, vivían en clanes y la falta de alimento daba lugar a cruentas batallas en muchas ocasiones.

El valle de Coe, o también llamado Glencoe en gaélico, sorprende al viajero que pasa por sus sinuosas carreteras por la belleza abrupta que posee. Sin duda alguna hay que hacer una parada ante las Tres Hermanas, tres picos que permanecen nevados gran parte del año y que, como todo en Esocia, guarda gran número de leyendas.

Habitualmente es un lugar en el que os encontraréis gente parada en un arcén junto a la carretera, en la que está marcado el mirador. También es posible que veáis a un gaitero que pasa ratos allí, tocando para ambientar aún más si cabe el bello paisaje.

Es tierra esta de Glencoe en la que sucedió una cruenta venganza aún recordada. A finales del siglo XVII aún quedaban por aquí clanes jacobitas a los que el monarca Orange tenía bastantes ganas de aniquilar.