Tío Agus, una religión
El Agus, el Agus, el Agus... Aunque los logroñeses son algo reacios a recomendar un bar concreto ("si es que... ¡cualquiera merece la pena!", me decían con razón cuando pedía consejo), buceando en la red leí varias veces sobre el Bar Lorenzo, conocido con el sobrenombre de Tío Agus, como parada esencial en la ruta de los pinchos. Así que allí me planté a comprobarlo. Y madre mía con el Agus.
La especialidad de la casa es precisamente la que le ha dado nombre: el montadito Tío Agus, un bocatín de pincho moruno y misteriosa salsa verde (la salsa de la abuela Damiana, de receta exacta desconocida pero, intuyo, hecha con aceite, perejil, pimentón y diversas especias) que encandila a todo el que lo prueba. A mí la primera: no me gusta exagerar pero increíble es poco. Qué rico.