Torre del Puente de la Ciudad Vieja
"Y por finnnn la última torre!!!" gritaron mis piernas. Y las comprendí, porque la Ciudad de las Mil Torres merece su nombre, y no las comprendí porque era mi última oportunidad de volar sobre ella y me había acostumbrado a ser un águila, de torre en torre y siempre asombrado, deseando ir a la siguiente para guardar en mi cabeza cada mínima imagen.
La torre es elegante, aislada, como queriéndose dar importancia. Realmente es un guardián, con sus poderosas piernas abiertas, bajo las que pasamos, con su permiso los humildes caminantes que vienen a rendir respetos al Puente. Me pregunto si habrá sido la torre la que animó a los estudiantes del barrio judío que expulsaron en este punto a los invasores checos.