Kris por el mundo
Reloj, no marques las horas...
No os miento si os digo que de verdad no quería que este reloj marcara las horas. No quería que pasara el tiempo. Me gustó tanto Tryavna que el día completo que pasamos allí me supo a poco.
Pero este reloj funciona, y lo hace perfectamente. Con sus 21 metros de altura es uno de los edificios más destacados del centro histórico de Tryavna. Se construyó en 1814 y desde 1967 monumento nacional. Está cerca del río, del puente viejo y de la Plaza Kapitan Dyado Nikola, por lo que no pasar delante de este reloj varias veces es casi imposible.
Durante el día la torre , de estilo renacimiento búlgaro, destaca por singular forma.
Pero por la noche, además de ser uno de los monumentos iluminados en la ciudad, ocurre algo muy especial en este reloj. Cuando la ciudad ya solamente está iluminada por la luz tenue de las farolas, desde la torre empieza a sonar una suave melodía que envuelve el casco antiguo de la Tryavna. A mi me pareció un momento mágico, no sabía que eso iba a suceder y me encanto disfrutarlo.
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