Tranvía 28

Es muy agradable viajar por Lisboa en este antiguo medio de transporte, siempre y cuando funcione con normalidad y llegue al sitio al que dicen que llega. Me explico: A veces, se retrasa tanto que las paradas están abarrotadas de turistas y el asalto al vehículo que viene es digno de los hermanos Marx. Cuando consigues subir, vas tranquilamente (es un decir) a tu lugar de destino y, por acabar el turno del conductor, te dejan a la mitad del recorrido y te dicen que cojas el siguiente. ¿No podrían anunciar este recorte en el recorrido antes de subir?

Uno de los días, yendo a Belem, al llegar a las cocheras de la compañía Carris, nos hicieron bajar del tranvía y nos dijeron que había que trasbordar a un autobús para llegar al final del recorrido.

¿Estaís preparados para uno de los recorridos más alucinantes y divertidos de la mágica lisboa?, pues a subir al trennn-vía ;)

El 28 es todo un clásico en Lisboa, el tranvía más turístico de la ciudad. Hacer la ruta completa dura aproximadamente 1 hora y te permite disfrutar de un viaje inaudito: Turistas que suben, turistas que bajan, algún despistado que pierde la cámara, unos autóctonos del barrio de Alfama, algún carterista al acecho. Lo mejor, subirte en la Rúa de Conciençiao, pillar un asiento y dejarte llevar por este microcosmos dentro de una de las ciudades con más encanto desde mi punto de vista.

La línea 28 del sistema de tranvías lisboetas quizá sea, por no decir con toda seguridad, la que más encanto tenga de la ciudad.

Recorren las calles empinadas de la capital haciendo un recorrido ideal para el turista ya que aparte de pasar muy cerca de muchos monumentos (Castelo San Jorge, Bº Alfama, Sé, Mirador de Sta.Lucía...) es muy barato (sólo 1,40€) en comparación con los tranvías turísticos creados básicamente para hacer el mismo recorrido (su precio ronda los 12-13€/día).

Las paradas de este tranvía infinitas, suelen pasar cada 15-20 minutos, tiempo variable ya que los atascos en esta ciudad suelen ser frecuentes debido a sus estrechas callejuelas (parece imposible que dos tranvías puedan cruzarse por ellas) y un tráfico rodado verdaderamente caótico (más aún que el de Madrid...).

En la foto que he colgado, hecha en el barrio de Alfama, se puede ver a la izquierda un par de turistas que bajan y a la derecha dos tramvías, conocidos como amarellos, que suben. En la parte posterior del primero se observa un chico con camiseta oscura que está a punto de subir. No es la entrada normal del tranvía donde se puede pagar el ticket, sino la salida donde el peldaño de bajo hace como una plataforma pequeña donde puedes apoyar el pie y cogerte de la barra. No lo hagáis.

De nuevo no lo hagáis. Esta manera de viajar gratis es permitida por el conductor a los jóvenes del barrio, que ya se los conocen.