Ignacio Izquierdo
Mamma Mia
Bueno, si no explotamos esa noche en esta trattoria, podemos sobrevivir a cualquier cosa. Primero nos sacaron un montón de embutidos, prosciutto di parma y similares, acompañados de pan frito, que aunque no lo parezca es tremendamente adictivo. Luego platazo de pasta, en este caso cappellacci, tortelli y tagliatelle (cada uno pidimos uno diferente para probar). Yo me quedo con el cappellacci di zucca (de calabaza) una de las especialidades de la zona y una delicia. El tiramisú para rematar. Una gozada de cena.
El sitio, además del aire encantador de una trattoria tiene según entras un
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