Twyfelfontein

Explorando el interior de Namibia, hacia Damaraland una zona que a pesar de ser inhóspita hay legados increíbles, de una belleza que sobrecoge. Sera por estos valles bastante lejanos y aislado , pedregosos, donde encontramos lo que los "Damara" llamaron " Ui-Ais " o abrevadero saltarin.

Un lugar donde se acumulan el testimonio de estas tierras primigenias , a través de sus petroglifos, sus grabados y pinturas. Uno de los mejores conjuntos de arte rupestre de África con una antigüedad que ronda los 2.000 - 6.000 años, hay alrededor de unos 5.000 grabados en roca .

¡Un gran Libro en Piedra y sus paginas nos hablan de sus costumbres, su fauna, su objetivo, los pozos de agua compartiendo información! Dejandonos testimonios maravillosos a su manera, como grandes artistas que fueron expresando sus vivencias.

Twyfelfontein es, de alguna manera, una escuela de la antigüedad porque constituye el mayor yacimiento de petroglifos de África (6000 a 2000 años A. de C.) y contiene infinidad de inscripciones que representan animales y sus huellas, así como lo que podría interpretarse como mapas con la ubicación de pozos de agua (las circunferencias con un pequeño círculo en el interior) o otras referencias del entorno. Un auténtico libro abierto para explicar a los más jóvenes conocimientos imprescindibles para su supervivencia. El conjunto constituye un lugar de tanto valor histórico que en 2007 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La región de Damaraland, término acuñado en los años 70 del siglo pasado por el gobierno segregacionista sudafricano, ocupa un vasto territorio que se extiende por la parte noroeste de Namibia. Su paisaje, compuesto por amplias llanuras pedregosas, valles semidesérticos, montañas rojizas y doradas dunas de fina arena resulta sobrecogedor, dramático, de una belleza casi irreal.

En esta tierra, en apariencia tan hostil, intentan sobrevivir en forzoso confinamiento los miembros de la etnia Damara; los abnegados elefantes del desierto vagan pacientemente en busca de agua y alimento, el majestuoso órix sobrevive paseando su altivez por las doradas dunas y hace unos 6.000 años, en un lejano y escondido valle conocido como Twyfelfontein (“fuente incierta” en afrikáner, “abrevadero saltarín” en lengua Damara) los primitivos pobladores de estos parajes grabaron en las rocas circundantes su particular concepción del mundo.