La capital del Garraf
Vive por y para el mar, sus paseos, sus playas y su puerto se han desarrollado a partir de aquella villa medieval que aún hoy perdura, magníficamente conservada y que convive perfectamente con la expansión decimonónica, que gracias al comercio y la industria convirtió a las antiguas Vilanova ( favorecida por los privilegios reales) y la más humilde Geltrú en una sola villa que desde siempre ha sabido adelantarse a los tiempos.
Ya tenemos constancia de su modernidad y aperturismo en el siglo XIX, cuando consiguió ser el primer lugar de España donde se instaló una fábrica textil movida por vapor. Este hecho supuso el comienzo de una espectacular edad dorada para la preciosa localidad.