EQUILIBRIO EN ESTADO PURO
Abandonado, perdido, y, al final de todo ............... un paraíso para la vista y los sentidos. Se pueden observar los vestigios de sus antiguos moradores, construcciones arcaicas en pizarra, arrancada a esas montañas con su color rojizo y gris y hoy invadidas por la vegetación que las va engullendo.
Medio ocultas por el verde de las zarzas, las ortigas y helechos ancestrales se vislumbra el trabajo y el sudor que se empleo en sus construcciones. Donde el tiempo no te devora y se deja acariciar mansamente mientras contemplas tanta belleza.
Y al fondo, un murmullo, las aguas del río Louzara que durante siglos han ido esculpiendo este valle y que en la época de lluvias se convierte en un rugido estruendoso que nos sugiere la fortaleza de estas tierras y de los que supieron subsistir en ellas.