Vida cotidiana en Senegal
Otro destino imprescindible en Senegal es Mbour. Ciudad con todos los servicios necesarios pero, sobre todo conocida, por la llegada de los pescadores a la caída del sol (a partir de las 17:00h.). La playa se llena de cayucos pintados de colores alegres, ninguno igual a otro, cargados de pescado. Las mujeres esperan en la playa, para la venta al por menor. Los hombres de la playa arrastran con cuerdas los cayucos para que los pescadores descarguen las cajas. Y comienza una carrera con el pescado a cuestas: quién más pescado descargue, más vende a la factoría que en barracones, a modo de lonja, espera para ser congelado y transportado al interior del país y a otros países, siendo el pescado, una fuente de riqueza nacional. Un consejo: nunca tirar fotos a los pescadores, ya que no les gusta nada, a diferencia del resto de personas del país, que están deseando ser fotografiadas sin pedir nada a cambio.
A diferencia de Mbour (de la que dejo más fotos), se destaca la actividad de las salinas del el Lago Rosa, cuyo nombre le hace justicia. Tiene la peculiaridad de que su alto porcentaje salino, te hace flotar en sus aguas, siendo realmente difícil conseguir la verticalidad (doy fe). La sal es explotada de manera artesanal: en barca, se extrae del fondo y se deposita en pequeños montones junto a la orilla con un letrero que indica el nombre del propietario, mientras se seca al sol para, posteriormente, ser trasladada en sacos y carro a la ciudad para su venta y, a veces, trueque.