Resulta paradójico el hecho de que la ...
Resulta paradójico el hecho de que la ciudad de Oporto sea mundialmente conocida por sus magníficos vinos y que no existan viñedos en sus cercanías y es que la cuna del vino de Oporto se encuentra a más de 100 kilómetros de la capital, en la región del Alto Duero.
Entre bancales y terrazas situadas en las escarpadas márgenes del Douro ve la luz el maravilloso néctar que antaño era transportado río abajo desde Regua hasta Oporto en pequeñas embarcaciones de vela conocidas como “Rabelos”.
Hoy día los Rabelos siguen navegando por el Douro aunque con una carga menos pesada ya que en lugar de transportar enormes barricas se dedican a pasear a ruidosos turistas que se agolpan a babor y estribor para obtener la mejor “postal” de ambas márgenes del río.