Un viaje a las creencias ancestrales del vudú
Este no es un mercado cualquiera. Es un mercado de fetiches, allí donde va la gente a comprar los ingredientes indispensables para fabricarse una protección para la casa, la familia, la salud, o lograr tener hijos si hay dificultades para ello.
Los fetiches son parte importantísima de la religión del vudú, que no es esa brujería negra que Hollywood vendió en su día, sino una religión animista, es decir, que cree en los espíritus que habitan en todas partes.
Para hacer un fetiche, que el sacerdote o fetichero tendrá que consagrar llamando a dichos espíritus, se utilizan objetos de todo tipo, desde estatuillas de madera y metal, hasta cadáveres disecados al sol de todo tipo de animales. Esta es la parte más terrorífica del asunto, sobre todo en los mercados, ya que se exhiben cientos de cadáveres de animales.