Antiguos y venerables árboles
Reserva forestal desde 1952 fruto de una gran presión popular, es el mejor ejemplo y casi único vestigio de los grandes bosques de kauris que cubrieron el norte del país hasta que el hombre puso su mano sobre ellos. Gracias a los dioses, el control de la zona volvió a manos de la tribu te roroa que ha llevado a cabo un trabajo intenso e incansable para la conservación de estos gigantes.
El pequeño recorrido tiene dos partes importantes y ambas se pueden hacer con comodidad, aparcando el vehículo en los estacionamientos y andando un poco hasta llegar a ellos.
El primero y más importante es rendir tributo y homenaje a Tane Mahuta, el Dios del Bosque, un impresionante kaurí de casi 52 metros de altura, una circunferencia de 13 metros con una edad estimada de entre 1.200 y 2.000 años. Puedo asegurar que impresiona, impone respeto y te deja con esa sensación de que tu vida no vale un pimiento.